Proceso de evaluación psicosocial de la incapacidad del adulto
1. Contacto y apertura del expediente
Objetivo: Comprender la solicitud, verificar la elegibilidad y explicar la función del trabajador social.
Conversación inicial con la persona remitente (familiar, notario, abogado o médico).
Verificación de la documentación pertinente (mandato, historial médico, diagnóstico, orden judicial, si corresponde).
Presentación del marco legal, el propósito de la evaluación psicosocial y los siguientes pasos.
Firma del consentimiento informado por la persona o su representante si ya se considera incapaz de darlo.
3. Reunión con familiares o cuidadores
Objetivo: Obtener una comprensión integral del contexto social, familiar y funcional.
Entrevistas con familiares o personas significativas (presencialmente o a distancia).
Recopilar información sobre la evolución de la condición de la persona, las preocupaciones de su entorno, la dinámica familiar y los posibles conflictos.
Aclarar las intenciones de protección: quién desea convertirse en representante, tutor, curador o agente.
5. Redacción del informe psicosocial
Objetivo: Presentar un resumen claro, objetivo y humano de la situación.
Informe estructurado en torno a:
Historia de vida y situación actual
Capacidades y limitaciones de la persona
Necesidades de protección identificadas
Deseos expresados por la persona
Contexto social y familiar
Recomendaciones sobre la medida de protección adecuada (representación temporal, tutela, activación del mandato)
El informe tiene en cuenta los principios de proporcionalidad, el respeto a la autonomía residual y la legislación vigente (reforma del Proyecto de Ley 18).
2. Reunión con la persona évaluada
Objetivo: Evaluar la autonomía, la disposición y la comprensión de la situación y las necesidades de la persona.
Entrevista realizada en un entorno familiar y seguro (domicilio, residencia, centro de atención a largo plazo, etc.).
Evaluación del funcionamiento diario: gestión del dinero, cuidado personal, seguridad, comunicación e independencia residencial.
Observación de la interacción, las capacidades cognitivas y el estado emocional.
Respeto a la dignidad y escucha empática para conocer la percepción de la persona sobre su situación.
4. Análisis documental y colaboración interprofesional
Objetivo: Comparar datos para una evaluación rigurosa.
Análisis de informes de diagnóstico médico, cognitivo o psiquiátrico, si están disponibles.
Colaboración con médicos, geriatras, neurólogos o psicólogos, según corresponda.
Evaluación conjunta con el médico (dentro del marco legal prescrito) para obtener un informe coherente y complementario.
6. Presentación y archivo del informe
Objetivo: Presentar el informe a las autoridades competentes e informar a las partes.
El informe se presenta al representante (abogado, notario, familia), al médico evaluador o directamente al juzgado si es necesario.
Se podrá ofrecer una reunión informativa a la familia para explicar los hallazgos y los pasos a seguir.
Se ofrece apoyo psicosocial para facilitar la transición al nuevo régimen de protección.
7. Seguimiento posterior a la evaluación (si es necesario)
Objetivo: Garantizar la continuidad humana y profesional mediante la implementación de las recomendaciones.
Solicitar a la familia que comprenda la decisión del tribunal.
Reevaluar o actualizar la información si la situación cambia (mejora, cambio en el ciclo vital).
Apoyo durante las etapas de aceptación o familiarización, si nos sentimos cansados.
¿Por qué recurrir a un trabajador social para esta evaluación?
Enfoque centrado en la persona, centrado en el individuo y sus derechos.
Experiencia en el análisis de las relaciones sociales, la vulnerabilidad y la autonomía.
Elaboración de informes con reconocimiento judicial.
Capacidad para fomentar el diálogo familiar y aliviar tensiones en un contexto a menudo difícil.
Contact
© 2025. Rubén Garzón.
Rubén Garzon, Trabajador social
Permiso GARR1208-210 TS.

